Por: José Martinez-Cañas
Texto Del Catálogo De Elite Fine Art Gallery, October 1995

 

Siempre he creído que la obra pictórica mas difícil de enjuiciar es la realista. Eso se debe a que creo que el buen técnico puede o no ser artista. Una cosa es ser buen pintor y otra es ser artista. Todos los años se gradúan en las acreditadas escuelas de arte cientos de estudiantes, de los cuales muchos han adquirido una técnica tan extraordinaria, que son capaces de hacer obras que representan la realidad a tal punto, que sus cuadros pudieran ser confundidos con fotografías a color. Sin embargo, solo unos pocos de ellos llegaran a ser considerados por los entendidos como artistas.

Ser artista es mucho mas que poder lograr técnicamente reproducir la realidad. Es infundirle alma, espíritu a un objeto, y en el caso de un pintor, a un cuadro. Es lograr que la obra entable una comunicación espiritual con el observador, ya sea despertando su interés intelectual u obteniendo una reacción emocional que consiga incitar los sentimientos básicos del ser humano. Al objeto cuadro el artista lo hace trascender. Toda la obra de Luis Vega tiene esa poesía especial que siempre acompaña un sueno despierto.

Luis Vega es un realista de técnica extraordinaria. Esto se debe a un dominio excelente del dibujo que a través de los años ha desarrollado y que desde hace ya algún tiempo ha podido lograr vestir exitosamente con el color dentro del campo de la pintura. Pero es que Luis Vega también es un artista. Su obra, ya sea cual fuera su temática, trasciende.

Vega es cubano. Sale de su patria durante el éxodo masivo del Mariel en el año de 1980 buscando libertad, elemento esencial para el desarrollo de cualquier tipo de expresión artística genuina, pero dentro de el, quizás sin saberlo, se lleva, ademas de su habilidad creativa, un pedazo de su tierra que ahora materializa en algunos de sus cuadros, filtrada a través de su amor y nostalgia. Cuba pasa ahora a ser un sueño.

El sueño de Vega, sin dejar de ser netamente cubano, es también universal porque refleja el sueño de todos los que están lejos de una patria que afloran. Las vegetaciones tropicales, el azul turquesa de los mares y la intensidad de los cielos que observamos en algunos de sus cuadros de paisaje, claramente señalan hacia Cuba. Esa es la circunstancia de Vega. Pero todo ese paisaje incluye en esencia, en concepto, la vegetación el mar y el cielo de cualquier tierra lejana. El ambiente, la atmósfera y el silencio que encontramos en otros de sus cuadros de diferente temática también apuntan hacia el espacio dentro del cual se realiza el sueño de una ausencia…

Toda la obra de Luis Vega, tiene esa poesía especial que siempre acompaña un sueño despierto.